Tolerancia a la frustración en la educación superior: claves para el éxito académico
El ingreso a la educación superior siempre es un desafío. Nuevas materias, profesores, personas y, en muchos casos, un cambio en el ritmo de vida. Las altas expectativas, alta autoexigencia y resultados académicos adversos al iniciar la educación superior pueden ser una muy mala combinación. Por ello, la tolerancia a la frustración es clave para evitar pensamientos negativos como el “no seré capaz” y el “me irá mal en la universidad”.
La frustración es una parte natural del proceso académico y en Portas te contamos cómo manejarla, desarrollar tolerancia a la frustración y transformar los primeros contratiempos académicos en una oportunidad de crecimiento.
¿Por qué es importante la tolerancia a la frustración? La tolerancia a la frustración es la capacidad de lidiar con las emociones y seguir adelante incluso cuando las cosas no salen como se esperaba. En el contexto académico, esto puede ser crucial, ya que los estudiantes se enfrentan a nuevas evaluaciones, exámenes y proyectos, algunos de los cuales pueden no ser tan fáciles como pensaban. Aprender a manejar esa frustración ayuda a mantener una mentalidad positiva, reduce la ansiedad y fomenta la perseverancia, elementos esenciales para el éxito a largo plazo.
Recomendaciones para desarrollar tolerancia la frustración:
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Reconoce y acepta tus emociones: La frustración es una respuesta natural ante los desafíos. En lugar de ignorarla o sentirte mal por sentirte frustrado, reconócela. Acepta que es parte del proceso y que todos enfrentan obstáculos, especialmente al comenzar algo nuevo.
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No te definas por los primeros resultados: Los primeros exámenes o tareas no siempre reflejan tu verdadero potencial. En lugar de ver los resultados bajos como una derrota, considéralos como una oportunidad de aprender y mejorar. Lo importante es cómo utilizas esa experiencia para avanzar.
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Establece metas pequeñas y alcanzables: Evita sobrecargarte con metas muy ambiciosas al principio. Establecer objetivos pequeños y alcanzables te ayudará a mantener la motivación y a reducir la frustración cuando las cosas no salgan como esperabas.
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Busca apoyo cuando lo necesites: Habla con tus profesores, consejeros académicos o compañeros de clase si sientes que te está costando adaptarte. A veces, solo compartir lo que sientes puede ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente. Además, el apoyo de quienes te rodean puede ser muy valioso para superar los momentos difíciles.
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Haz de la resiliencia una práctica diaria: La resiliencia no se construye de la noche a la mañana, pero sí puede ser entrenada con el tiempo. Practica el autocuidado, mantén un equilibrio entre el estudio y tus momentos de descanso, y celebra tus avances, por pequeños que sean.
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Aprende a manejar el estrés de forma saludable: Es normal sentir algo de ansiedad durante el primer trimestre, pero aprender a manejarla es clave para no dejar que afecte tu desempeño. Realiza actividades que te relajen, como meditar, hacer ejercicio o leer, para reducir el estrés.
El primer trimestre puede ser complicado, pero recuerda que los resultados no definen tu capacidad ni tu futuro académico. La tolerancia a la frustración es una habilidad que puedes desarrollar con el tiempo y que te ayudará a crecer tanto académicamente como personalmente. Enfrentar los desafíos con una mentalidad positiva, buscar apoyo y cuidar tu bienestar emocional son pasos fundamentales para mantener la motivación y avanzar con éxito.
En Fundación Portas llevamos 17 años creando y ejecutando proyectos de trayectorias formativas exitosas. ¿Tienes un proyecto para tu comunidad educativa? Conversemos: ¡escríbenos a [email protected] y demos forma a tu idea.
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Tolerancia a la frustración en la educación superior: claves para el éxito académico
El ingreso a la educación superior siempre es un desafío. Nuevas materias, profesores, personas y, en muchos casos, un cambio en el ritmo de vida. Las altas expectativas, alta autoexigencia y resultados académicos adversos al iniciar la educación superior pueden ser una muy mala combinación. Por ello, la tolerancia a la frustración es clave para evitar pensamientos negativos como el “no seré capaz” y el “me irá mal en la universidad”.
La frustración es una parte natural del proceso académico y en Portas te contamos cómo manejarla, desarrollar tolerancia a la frustración y transformar los primeros contratiempos académicos en una oportunidad de crecimiento.
¿Por qué es importante la tolerancia a la frustración? La tolerancia a la frustración es la capacidad de lidiar con las emociones y seguir adelante incluso cuando las cosas no salen como se esperaba. En el contexto académico, esto puede ser crucial, ya que los estudiantes se enfrentan a nuevas evaluaciones, exámenes y proyectos, algunos de los cuales pueden no ser tan fáciles como pensaban. Aprender a manejar esa frustración ayuda a mantener una mentalidad positiva, reduce la ansiedad y fomenta la perseverancia, elementos esenciales para el éxito a largo plazo.
Recomendaciones para desarrollar tolerancia la frustración:
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Reconoce y acepta tus emociones: La frustración es una respuesta natural ante los desafíos. En lugar de ignorarla o sentirte mal por sentirte frustrado, reconócela. Acepta que es parte del proceso y que todos enfrentan obstáculos, especialmente al comenzar algo nuevo.
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No te definas por los primeros resultados: Los primeros exámenes o tareas no siempre reflejan tu verdadero potencial. En lugar de ver los resultados bajos como una derrota, considéralos como una oportunidad de aprender y mejorar. Lo importante es cómo utilizas esa experiencia para avanzar.
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Establece metas pequeñas y alcanzables: Evita sobrecargarte con metas muy ambiciosas al principio. Establecer objetivos pequeños y alcanzables te ayudará a mantener la motivación y a reducir la frustración cuando las cosas no salgan como esperabas.
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Busca apoyo cuando lo necesites: Habla con tus profesores, consejeros académicos o compañeros de clase si sientes que te está costando adaptarte. A veces, solo compartir lo que sientes puede ayudarte a ver las cosas desde una perspectiva diferente. Además, el apoyo de quienes te rodean puede ser muy valioso para superar los momentos difíciles.
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Haz de la resiliencia una práctica diaria: La resiliencia no se construye de la noche a la mañana, pero sí puede ser entrenada con el tiempo. Practica el autocuidado, mantén un equilibrio entre el estudio y tus momentos de descanso, y celebra tus avances, por pequeños que sean.
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Aprende a manejar el estrés de forma saludable: Es normal sentir algo de ansiedad durante el primer trimestre, pero aprender a manejarla es clave para no dejar que afecte tu desempeño. Realiza actividades que te relajen, como meditar, hacer ejercicio o leer, para reducir el estrés.
El primer trimestre puede ser complicado, pero recuerda que los resultados no definen tu capacidad ni tu futuro académico. La tolerancia a la frustración es una habilidad que puedes desarrollar con el tiempo y que te ayudará a crecer tanto académicamente como personalmente. Enfrentar los desafíos con una mentalidad positiva, buscar apoyo y cuidar tu bienestar emocional son pasos fundamentales para mantener la motivación y avanzar con éxito.
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